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Deuteronomio 3: Israel derrota a Og rey de Basán

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Israel derrota a Og rey de Basán
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Israel derrota a Og rey de Basán

1 "Cuando tomamos la ruta hacia Basán, el rey Og, que gobernaba ese país, nos salió al encuentro en Edrey. Iba acompañado de todo su ejército, dispuesto a pelear.
2 Pero el Señor me dijo: No le tengan miedo, porque se lo he entregado a ustedes, con todo su ejército y su territorio. Hagan con él lo que hicieron con Sijón, rey de los amorreos, que reinaba en Hesbón.
3 "Y así sucedió. El Señor nuestro Dios también entregó en nuestras manos al rey de Basán y a todo su ejército. Los derrotamos, y nadie vivió para contarlo.
4 En aquella ocasión conquistamos todas sus ciudades. Nos apoderamos de las sesenta ciudades que se encontraban en la región de Argob, del reino de Og en Basán.
5 Todas esas ciudades estaban fortificadas con altos muros, y con portones y barras, sin contar las muchas aldeas no amuralladas.
6 Tal como hicimos con Sijón, rey de Hesbón, destruimos por completo las ciudades con sus varones, mujeres y niños,
7 pero nos quedamos con todo el ganado y el botín de sus ciudades.
8 "Fue así como en aquella ocasión nos apoderamos del territorio de esos dos reyes amorreos, es decir, de toda la porción al este del Jordán, desde el arroyo Arnón hasta el monte Hermón,
9 al que los sidonios llaman Sirión y los amorreos Senir.
10 También nos apoderamos de todas las ciudades de la meseta, todo Galaad y todo Basán, hasta Salcá y Edrey, ciudades del reino de Og en Basán.
11 Por cierto, el rey Og de Basán fue el último de los gigantes. Su cama era de hierro y medía cuatro metros y medio de largo por dos de ancho. Todavía se puede verla en Rabá de los amonitas.

Rubén, Gad y la media tribu de Manasés se establecen al oriente del Jordán

12 Üna vez que nos apoderamos de esa tierra, a los rubenitas y a los gaditas les entregué el territorio que está al norte de Aroer y junto al arroyo Arnón, y también la mitad de la región montañosa de Galaad con sus ciudades.
13 El resto de Galaad y todo el reino de Og, es decir, Basán, se los entregué a la media tribu de Manasés. "Ahora bien, a toda la región de Argob en Basán se le conoce como tierra de gigantes.
14 Yaír, uno de los descendientes de Manasés, se apoderó de toda la región de Argob hasta la frontera de los guesureos y los macateos, y a esa región de Basán le puso su propio nombre, llamándola Javot Yaír, nombre que retiene hasta el día de hoy.
15 A Maquir le entregué Galaad,
16 y a los rubenitas y a los gaditas les entregué el territorio que se extiende desde Galaad hasta el centro del arroyo Arnón, y hasta el río Jaboc, que marca la frontera de los amonitas.
17 Su frontera occidental era el Jordán en el Arabá, desde el lago Quinéret hasta el mar del Arabá, que es el Mar Muerto, en las laderas del monte Pisgá.
18 "En aquel tiempo les di esta orden: El Señor su Dios les ha dado posesión de esta tierra. Ustedes, los hombres fuertes y guerreros, pasen al otro lado al frente de sus hermanos israelitas.
19 En las ciudades que les he entregado permanecerán solamente sus mujeres, sus niños y el mucho ganado que yo sé que ustedes tienen.
20 No podrán volver al territorio que les he entregado hasta que el Señor haya dado reposo a sus hermanos, como se lo ha dado a ustedes, y hasta que ellos hayan tomado posesión de la tierra que el Señor su Dios les entregará al otro lado del Jordán.
21 "En aquel tiempo le ordené a Josué: Con tus propios ojos has visto todo lo que el Señor, el Dios de ustedes, ha hecho con esos dos reyes. Y lo mismo hará con todos los reinos por donde vas a pasar.
22 No les tengas miedo, que el Señor tu Dios pelea por ti.

No se le permite a Moisés entrar a Canaán

23 "En aquella ocasión le supliqué al Señor:
24 Tú, Señor y Dios, has comenzado a mostrarle a tu siervo tu grandeza y tu poder; pues ¿qué dios hay en el cielo o en la tierra capaz de hacer las obras y los prodigios que tú realizas?
25 Déjame pasar y ver la buena tierra al otro lado del Jordán, esa hermosa región montañosa y el Líbano.
26 Pero por causa de ustedes el Señor se enojó conmigo y no me escuchó, sino que me dijo: ¡Basta ya! No me hables más de este asunto.
27 Sube hasta la cumbre del Pisgá y mira al norte, al sur, al este y al oeste. Contempla la tierra con tus propios ojos, porque no vas a cruzar este río Jordán.
28 Dale a Josué las debidas instrucciones; anímalo y fortalécelo, porque será él quien pasará al frente de este pueblo y quien les dará en posesión la tierra que vas a ver.
29 "Y permanecimos en el valle, frente a Bet Peor.
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Explicación del capitulo

El relato de la victoria de Israel sobre Og, rey de Basán, es un poderoso recordatorio de la intervención divina en la historia del pueblo de Dios. En Deuteronomio 3:2, el Señor le dice a Moisés: "No le tengan miedo, porque se lo he entregado a ustedes". Este versículo subraya que la victoria no se debe a la fuerza militar de Israel, sino a la promesa y poder de Dios. La conquista de Og y su ejército es un testimonio de cómo el Señor pelea por su pueblo, reafirmando que la victoria es del Señor y no del hombre.

En el contexto histórico, Israel se encontraba en un momento de transición, a punto de entrar en la tierra prometida. La derrota de Og, el último de los gigantes, simboliza la superación de obstáculos que parecen insuperables. La cama de Og, que medía cuatro metros y medio, es un recordatorio de la grandeza aparente de los enemigos que enfrentamos en nuestra vida. Sin embargo, el relato nos enseña que, aunque los desafíos sean grandes, la fidelidad de Dios es aún mayor.

Al repartir la tierra conquistada entre las tribus, como se menciona en Deuteronomio 3:12-13, se observa un espíritu de unidad y solidaridad entre los israelitas. Las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés reciben su herencia, pero se les recuerda que deben ayudar a sus hermanos en la conquista del resto de la tierra. Este acto de cooperación es fundamental en la vida comunitaria de los creyentes, donde cada uno tiene un papel que desempeñar en el avance del Reino de Dios.

La súplica de Moisés en Deuteronomio 3:25, donde pide ver la tierra prometida, refleja el deseo humano de alcanzar lo que Dios ha prometido. Sin embargo, la respuesta de Dios, que le ordena no hablar más del asunto, nos recuerda que hay momentos en que debemos aceptar la voluntad divina, incluso cuando no entendemos completamente sus caminos. Moisés, aunque no entra a Canaán, recibe la revelación de la tierra desde el monte Pisgá, lo que simboliza que, aunque no siempre obtenemos lo que deseamos, Dios nos permite vislumbrar su plan y su propósito.

En conclusión, este relato no solo narra una victoria militar, sino que es una profunda lección sobre la dependencia de Dios en nuestras luchas, la importancia de la unidad y la solidaridad en la comunidad de fe, y la aceptación de la voluntad divina en nuestras vidas. Nos invita a confiar en que, aunque enfrentemos gigantes, el Señor está con nosotros, y su poder es suficiente para llevarnos a la victoria.

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Deuteronomio 1: Moisés recuerda a Israel las promesas de Jehová en Horeb
Deuteronomio 2: Los años en el desierto
Deuteronomio 3: Israel derrota a Og rey de Basán
Deuteronomio 4: Moisés exhorta a la obediencia
Deuteronomio 5: Los Diez Mandamientos
Deuteronomio 6: El gran mandamiento
Deuteronomio 7: Advertencias contra la idolatría de Canaán
Deuteronomio 8: La buena tierra que han de poseer
Deuteronomio 9: Dios destruirá a las naciones de Canaán
Deuteronomio 10: El pacto renovado
Deuteronomio 11: La grandeza de Jehová
Deuteronomio 12: El santuario único
Deuteronomio 13
Deuteronomio 14: Animales limpios e inmundos
Deuteronomio 15: El año de remisión
Deuteronomio 16: Fiestas anuales
Deuteronomio 17: Instrucciones acerca de un rey
Deuteronomio 18: Las porciones de los levitas
Deuteronomio 19: Las ciudades de refugio
Deuteronomio 20: Leyes sobre la guerra
Deuteronomio 21: Expiación de un asesinato cuyo autor se desconoce
Deuteronomio 22: Leyes sobre la castidad
Deuteronomio 23: Los excluidos de la congregación
Deuteronomio 24
Deuteronomio 25: Orden de exterminar a Amalec
Deuteronomio 26: Primicias y diezmos
Deuteronomio 27: Orden de escribir la ley en piedras sobre el Monte Ebal
Deuteronomio 28: Bendiciones de la obediencia
Deuteronomio 29: Pacto de Jehová con Israel en Moab
Deuteronomio 30: Condiciones para la restauración y la bendición
Deuteronomio 31: Josué es instalado como sucesor de Moisés
Deuteronomio 32: Se le permite a Moisés contemplar la tierra de Canaán
Deuteronomio 33: Moisés bendice a las doce tribus de Israel
Deuteronomio 34: Muerte y sepultura de Moisés
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