En Deuteronomio 18:1-8, se establece un principio fundamental sobre la de la tribu de Leví. Esta tribu, encargada del , no recibe tierras ni propiedades como las demás tribus de Israel. En lugar de ello, su sustento proviene de las y de las primicias que el pueblo presenta al Señor. Este hecho no solo resalta la de los levitas al servicio de Dios, sino que también nos recuerda la responsabilidad de la comunidad de proveer para aquellos que se dedican a la ción de la Palabra.
- El Señor como herencia: En el versículo 2, se afirma que el Señor mismo es la herencia de los levitas. Esto nos enseña que su identidad y su propósito están intrínsecamente ligados a su relación con Dios, lo que es un llamado a todos nosotros a encontrar nuestra identidad en el Señor.
- Derechos de los sacerdotes: Los versículos 3-5 detallan los derechos de los levitas sobre las ofrendas. Este principio de justicia y reconocimiento de su labor es un recordatorio de que aquellos que sirven en la iglesia deben ser sostenidos y apoyados por la comunidad.
A continuación, en Deuteronomio 18:9-14, se presenta una contra las prácticas paganas. El pueblo de Israel es advertido de no imitar las costumbres de las naciones que los rodean, las cuales incluyen sacrificios humanos y prácticas de adivinación. Esta advertencia es crucial, ya que refleja la que Dios desea para su pueblo, y la importancia de mantenerse alejado de influencias que desvíen su adoración.
- La abominación de la idolatría: En el versículo 12, se menciona que aquellos que practiquen estas costumbres se harán abominables ante el Señor. Esto nos recuerda que la fidelidad a Dios implica un compromiso de alejarnos de todo lo que pueda comprometer nuestra relación con Él.
- La búsqueda de la verdad: En este contexto, el versículo 14 señala que las naciones consultan a hechiceros y adivinos, pero el pueblo de Dios debe buscar la dirección divina a través de su Palabra y no a través de prácticas engañosas.
Finalmente, en Deuteronomio 18:15-22, se profetiza la llegada de un como Moisés, quien hablará en nombre del Señor. Este anuncio es de vital importancia, ya que establece la continuidad de la revelación divina y la necesidad de escuchar a aquellos que son verdaderamente enviados por Dios. La advertencia sobre los falsos profetas nos llama a discernir la voz del Señor en medio de tantas voces que pueden confundirnos.
- La promesa de un nuevo profeta: En el versículo 18, Dios promete levantar un profeta que hablará sus palabras. Esta promesa se cumple en Jesucristo, quien es el cumplimiento de la Ley y los profetas, y nos invita a escuchar su voz en nuestras vidas.
- Discernimiento espiritual: La advertencia sobre los falsos profetas (versículo 20) nos desafía a ser críticos y cuidadosos en nuestra búsqueda de la verdad. No todo lo que se presenta como palabra de Dios es genuino; debemos buscar la confirmación de su mensaje en la Escritura y en la comunidad de fe.
En resumen, estos pasajes nos invitan a reflexionar sobre nuestra relación con Dios y nuestra responsabilidad hacia aquellos que sirven en su nombre. Nos llaman a permanecer firmes en la de la Palabra y a discernir con sabiduría las voces que escuchamos en nuestro camino de fe.