El relato de la elección y unción de Saúl en 1 Samuel 9 es un testimonio de cómo Dios actúa en la vida de las personas a través de situaciones cotidianas. La historia comienza con la búsqueda de burras perdidas, un evento que podría parecer trivial, pero que se convierte en el vehículo para que se cumpla el plan divino. Aquí, Saúl, un joven de la tribu de Benjamín, es presentado como un hombre de apariencia imponente, pero con una profunda ignorancia sobre su destino.
La ingenuidad de Saúl contrasta con la sabiduría de Samuel, quien ya ha recibido la revelación de Dios sobre la llegada de un nuevo rey. Este contraste resalta la manera en que Dios elige a sus instrumentos: no siempre los más preparados o los más sabios, sino aquellos que, a través de su sencillez, pueden ser guiados por Él. La búsqueda de Saúl no es solo por las burras, sino por un propósito mucho mayor que él aún no comprende.
La narrativa también nos invita a reflexionar sobre el plan de Dios que se despliega de manera gradual. A través de la figura de Samuel, vemos cómo Dios revela su propósito paso a paso, lo que nos recuerda que, en nuestra propia vida, a menudo debemos confiar en que Dios tiene un plan, incluso cuando no vemos el camino completo.
En conclusión, la elección de Saúl es un recordatorio de que Dios utiliza lo cotidiano para llevar a cabo Su voluntad. Nos enseña que, aunque nuestras circunstancias puedan parecer insignificantes, cada paso que damos puede ser parte de un plan divino más grande. La historia de Saúl nos invita a estar atentos a la voz de Dios en nuestra vida, confiando en que Él nos guiará hacia nuestro propósito, incluso en los momentos de incertidumbre.